miércoles, 1 de abril de 2020

Tiempo de confinamiento


 Por: Rosa María O´Leary | Marzo 2020

Desde hace tiempo y sin proponérmelo siquiera he estado confinada, tal vez eso fue un período de
adaptación que me ha hecho no más fuerte, pero sí he aprendido a estar así, de repente anhelo salir, ir a una conferencia, a una asamblea, a una manifestación, pero igual confirmé que nadie es indispensable. La vida sigue, pase lo que pase, eso es lo más maravilloso.

Rosa María O´Leary | Foto: Silvia Núñez Esquer
En estos días de riguroso confinamiento para las y los chavorucos y/o los mayores, los más viejos pues, necesitamos ser conscientes de que somos más vulnerables y sobre todo debemos pensar en no andar poniendo en riesgo a otros. 

Y pues… mis actividades no han cambiado mucho, leer un poco, ver la televisión, escuchar música, hacer una que otra tareíta del hogar y sentarme frente a la computadora, para reírme, hacer corajes, y seguir pensando que un mundo mejor es posible. 

Extraño no poder abrazar a mis nietos y nietas, verlas sólo de lejos o imaginarme cómo están los más lejanos. 

Entre momentos de seriedad, nostalgia y risas, pasamos Rubén, mi hija Irlanda y yo los días, ella ha seguido trabajando y cuidando de sus viejos, sé que todos de una forma u otra están con nosotros. 

Vemos a nuestros hijos y nietos por celular y, pues esperamos abrazarlos cuando sea posible. Me propongo hacer limpia de papeles, recuerdos de luchas pasadas, fotos no tengo muchas de ellas, no era tiempo de selfies, ni teníamos fotógrafo particular que documentara nada, así que si alguno de los ahora viejos periodistas y reporteros gráficos tienen algún documento de las luchas ciudadanas les agradeceré me las hagan llegar, que sea un regalo que me haga recordar, porque recordar es vivir. 

Así que arriba ese ánimo, podrán quitarnos todo, menos la alegría, esa es una de las maravillas de nuestro pueblo.

Rosa María O´leary
Marzo 2020

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