Por: Marcia Contreras López | Hermosillo, Sonora |
abril 2020
La situación de pandemia que se está viviendo, para mí ha sido difícil y no por estar en
casa, sino
porque el pasado 13 de marzo mi madre amada partió de este espacio
terrenal a una mejor vida, una vida celestial en la que ella creyó y le apostó
su vida misma, ya que fue una mujer bondadosa,
una madre y abuela súper
cuidadora y cariñosa.
Marcia Contreras con Josefita a los 99 años |
En ese sentido desprenderme de tantos años de
convivencia grata me ha sido difícil. Como decía ella a veces tengo ratos a pie
y a otros tantos andando.
Siguiendo la indicación “quédate en casa” me ha sido grato a pesar de todo, me estoy
dando mi tiempo para acomodar su gran
ausencia, y entre llantos, sollozos me he puesto a escribir un poco de
un trabajo pendiente que por ahí tengo.
Cabe señalar que no he dejado de trabajar
laboralmente, aunque no hago acto de presencia estoy en contacto con las
compañeras y familias que ahí se encuentran.
Algunas veces por WhatsApp, llamadas telefónicas,
envió de recordatorios, elaboración de informes, acomodo de carpetas y
materiales.
Me ha agarrado una "lavadera" de manos, y
de mantener la casa limpia y eso también me ha llevado a realizar rituales de
desprenderme de cosas acumuladas, que ya pasando esta contingencia serán llevadas a un mejor
destino, para no estar aquí ocupando un espacio.
No voy a negar que a veces me entra la angustia del
tiempo que vaya a durar esta situación y del rumbo que como gobierno le seguirá
invirtiendo en la prevención y por des-fortuna en la atención que le estarán
dando casos de COVID 19.
Pero no he querido caer en pánico que a veces los
mensajes de watssap generan, bastante tengo con las tareas que realizo de estar
al pendiente de mi trabajo, del cuidado de mi hermana la mayor, como para caer
en una desasosiego en esta casa con dos personas, como decía una mujer:
"quítate de no hacer nada, y agarrarte de la escoba,
recoge la basura y tírala lejos" y pues eso he intentado hacer.
Creo que en estos días me hecho un poco más amable,
quizás para dar tributo a mi madre amada que siempre nos lo inculcó. ¡Ah, qué
mi Mami! siempre te saco a relucir en cada párrafo que estoy escribiendo.
Otra cosa que también ando ensayando es
agarra la tonada de algunas canciones y ponerle otra letra como un ejercicio
para utilizar en un tiempo venidero cuando haya pasado esta situación, usarla
como una herramienta de educación popular para hacer un análisis de las
canciones que a diario se escuchan y no se pone atención de cuanta violencia
tienen sus letras.
Aprovecho y les invito a que estas
canciones las descompongamos y hagamos
una, un canto libre de violencia, para
que tenga una implicación en la política pública para restringir y dejar de
escuchar tanto canto violento y
discriminatorio.
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